Nunca Es Tarde (Lunes a Viernes de 14 a 16)


Lunes 9 de Mayo

Una semana ha pasado de lo que los medios masivos de comunicación llamaron lo que sucedió en Haedo “La furia en los trenes del Conurbano”, en donde se puso en primer plano las declaraciones del Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández que insinuó que detrás de lo ocurrido estaba el espacio político de Pino Solanas, Proyecto Sur: “El hombre y la mujer común se enojan, pero no empiezan a prender fuego los trenes. Prender fuego un tren porque no se puede viajar no se lo traga nadie. Acá hubo una vocación de provocar un desmán”.

Lo que hay que señalar es que desde hace mucho tiempo los pasajeros del servicio ferroviario viajan mal, en condiciones deplorables e inhumanas. Pero también hay que remarcar que el Estado paga 11 mil millones de pesos por año para subsidiar los transportes públicos.

En simples matemáticas unos 2.200 pesos por pasajero, siendo cinco millones por día los que se destinan a las empresas concesionarias del servicio ferroviarios.



De la mesa del festín no se habla, sino que se instala desde el discurso hegemónico privado y estatal la teoría del sabotaje, impulsada por el vocero de TBA, Gustavo Gago, amparada por el Secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi.

El camino a la inclusión social y equidad quedan fuera de riel en el recorrido neodesarrollista que lleva adelante la locomotora nacional conducida por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En medio del ruido hegemónico, hay un eco de rebelión que buscan silenciar con una banalidad mediática que espanta.

Los hechos de la realidad tienen múltiples lecturas y muy contradictorias, dice Vicente Zito Lema, remarcando que la lectura que hace el poder desnuda siempre una pretensión de verdad absoluta, que denigra, excluye, minimiza y hasta destruye otras visiones y sus discursos que desean contar el mundo como una totalidad con sentido.

Hace un tiempo atrás no preguntábamos si con la lucha de la comunidad Qom La Primavera de Formosa que habían decidido venir hace cuatro meses a Buenos Aires a realizar un acampe en la Avenida de Mayo y 9 de Julio, podía terminar como el Malon de La Paz.


Movilización de los pueblos originarios del norte del país que arribaron a Plaza de Mayo a exigir que el presidente Juan Domingo Perón cumpla las promesas de campaña electoral, resultado, fueron subidos a un tren que los llevo sin paradas intermedias a Abra Pampa, lugar donde fueron reprimidos por Gendarmería.

Después del silencio del Gobierno Nacional al respecto, la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, en la figura de Florencio Randazzo, puso como condición para llegar a un acuerdo con la comunidad toba, que levanten el campamento el día lunes.

Claro que nadie menciono que el viernes un operativo de Gendarmería Nacional puso fin a la protesta, retirando a la comunidad QOM y subiéndolos violentamente a un micro que los llevo de nuevo a su provincia Formosa.

Un dato no menor es que también participó de esta operación de invisibilidad del conflicto, un grupo de militantes de la Campora:

Nora de Cortiñas, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, presente desde el primer momento en el acampe dijo: “Que venga una especie de patota de jóvenes que son de la Campora y organizaciones afines al Gobierno a provocar esta situación, nos duele. Esto parece tolerancia cero”.

El Ministro del Interior, Florencio Randazzo, le contesto y sostuvo que la madre de Plaza de Mayo había dicho una canallada.

El espejo de la historia, nos muestra con una crudeza la opresión estatal de siempre.

En el medio el silencio de radio solo informó sobre la reunión de hoy de Félix Díaz en la Casa Rosada, del abuso y maltrato a las mujeres y hombres de la comunidad Qom, nada se dijo.

Italo Calvino, en su texto “Las Ciudades Invisibles” menciona una idea que es fundamental volver a instalarla en estos tiempos que corren: “El infierno de los vivos no es algo por venir, hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos, aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizajes continuos: buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno y hacer que dure, y dejarle espacio”.

Sabemos que el poder es y seguirá siendo lo que es. Pero los que resisten, los que se enfrentan a la adversidad cargan en sus espaldas la traición de lo que algunos transitaron el mismo camino de lucha, entienden que hay que quebrar la matriz que reproduce seres donde su mayor deseo es devorar al más débil, con una necesidad alineada al consumo.


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Escucha la entrevista realizada con Marcelo Valko, autor del Malon Invisible de la Paz, investigación que relata lo ocurrido en agosto de 1946, en pleno auge del peronismo, 174 miembros de comunidades indígenas de Salta y Jujuy llegaron a Buenos Aires tras meses de caminata para reclamar por sus tierras usurpadas por el temible Robustiano Patrón Costas, dueño del Ingenio Tabacal -hoy Seabord Corp.-, empresario y político símbolo de la sociedad feudal. El presidente Juan Domingo Perón los subió al balcón de la Casa Rosada, empresas como Geniol y Particulares hicieron publicidades con ellos, y hasta salieron en las revistas de la farándula y en las secciones deportivas. Sin embargo, tras 26 días de estar alojados en el Hotel de los Inmigrantes, fueron secuestrados y obligados a abandonar la ciudad. Recientemente el Congreso aprobó un proyecto para reivindicar aquella gesta y otorgó un subsidio para tres ancianos sobrevivientes que viven en Abrapampa, Jujuy.


Valko, analizó el desalojo por parte de Gendarmería del acampe en la Avenida 9 de Julio, siendo testigo presencial, debido a que el escritor acompañó a la comunidad Qom desde el comienzo del reclamo por sus tierras.

Marcelo Valko, afirmó que “el pedido de los Qom es elemental. Se trata de tierras de ellos. Ellos no tiene papeles, ese es el gran conflicto que tienen los pueblos originarios. Nosotros nos manejamos con papeles y ellos tienen a los muertos en la tierra y les pertenece”.

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Además, hablamos con María Méndez, vecina de Los Hornos, que nos cuenta que nada se ha modificado en el barrio, después de la promesa del gobierno municipal de no realizar un desalojo del predio y generar una reubicación de las más de 60 familias en situación de emergencia habitacional.





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